El milagro que Dios hizo en mí
Escrito por Brenda Santiago, Miembro de la Iglesia de Mission Adelante
Mi nombre es Brenda Santiago. Hoy quisiera contarles el milagro que Dios hizo en mi vida. En el 2010 me casé con mi esposo y cuando intentamos tener familia y no pasaba decidimos visitar un ginecólogo. Después de la revisión descubrimos que tengo el síndrome de ovario poliquístico. A causa de los quistes mis ovarios son de un tamaño anormal y la solución era extirparlos, por lo que me sería imposible tener hijos. Ese fue uno de los días más tristes de mi vida. Pensaba que no podría darle hijos propios a mi esposo, pero algo especial Dios estaba preparando para mi vida.
Conocí a Jesús cuando tenía 6 años y sabía que solo Él puede curar cualquier enfermedad porque Él es el Dios de lo imposible. Recordaba haber leído en la Biblia: "Herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre" (Salmo 127:3) Aún cuando todo era muy difícil, esta promesa hacia fortalecer mi fe. Pensaba que Dios no me dejaría sin herencia y esa era mi petición. Pasaron tres años y fui invitada a un evento cristiano de tres días en la ciudad Roca Blanca, Oaxaca, México. Lo comenté con mi esposo y le dije: “Yo quiero ir. Sé que Dios ahí va a cumplir mi milagro.”
Era el segundo día de la reunión y en la sesión de la mañana mientras estaban ministrando a las familias el pastor dijo: “Pasen y pidan a Dios lo que más anhelan” yo pasé y oré: “Señor, Tú sabes que es lo que yo más anhelo.” Cuando terminé de decir estas palabras pude sentir algo que entró en mí; un fuego recorría mi vientre y me quemaba por dentro. De pronto escuché una voz en mi oído, era una chica que me dijo: “Calla, solo agradécele porque Él ya te está contestando.” Me levanté y me sentí ligera, como si mi carga se hubiera ido. El evento terminó y regresé a mi ciudad. Le conté a mi esposo y creímos que en cualquier momento tendríamos un bebé. Un mes después empecé a sentirme rara. Compre una prueba de embarazo y ¡dio positivo! Luego, el examen de sangre confirmó que estábamos esperando un hijo. ¡Ese día fue tan feliz! Le agradecí muchísimo a Dios por haber contestado mi petición. El 8 de octubre de 2013 pude tomar en mis brazos ese milagro. Hoy tengo dos hijas para la gloria de Dios. Cuando la ciencia dijo no DIOS dijo sí.
Si tú estás en esta misma situación o estás pidiendo a Dios un milagro por alguna necesidad diferente. Quiero decirte, NO PIERDAS LA FE. Cree que lo que pidas lo recibirás. Dios es experto en hacer cosas extraordinarias para los que le creen y se aferran a sus promesas.
“Es pues la fe la certeza de lo que esperas la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1)