¿Por qué sufren las personas justas como Job?
Escrito Por Yanelis Lopez
Pareciera que el COVID quiere llevarse el protagonismo de este 2020 y de alguna forma lo está logrando. Estos días he estado leyendo el libro de Job, me parecía apropiado dadas las circunstancias. La experiencia de dolor de este hombre nos hace plantearnos las mismas preguntas que tuvo él en su momento ¿Es Dios justo? ¿Gobierna Dios el mundo según su justicia? ¿Por qué las personas buenas sufren?
El libro de Job es un relato de un hombre justo que perdió a su familia y sus riquezas, y que en medio del dolor respondió fielmente a su Dios. A lo largo de todas sus pruebas, Job retuvo su integridad y su confianza en Dios, incluso cuando la única persona cercana que le quedaba le sugirió “Maldice a Dios, y muérete” (Job 2:9). Y sus amigos más allegados le hicieron cuestionarse su integridad, tratando de encontrar en el comportamiento de este hombre algún error que justificara el torrente de infortunios por el que estaba atravesando.
Desesperado e incomprendido Job entendió que las respuestas a sus preguntas y su consuelo, no están en su esposa, en sus amigos, o en las circunstancias. Sus respuestas y consuelo están en el Dios en quien confía, y es entonces cuando lo busca con desespero, enojo e incertidumbre, una gran mezcla de emociones.
Job 31:35 “¡Cómo quisiera que Dios me escuchara! Estampo aquí mi firma; que me responda el Todopoderoso.”
Es interesante como la respuesta y consuelo de Dios son otra lista de preguntas, enfocadas en la complejidad y detalles del universo que Él mantiene en orden y en control. Muestra que el universo es demasiado amplio y diverso y que Él lo sostiene y mantiene su orden. El mundo de Dios es bueno pero no es perfecto. Es ordenado y salvaje. Es hermoso y peligroso como el Behemot (Job 40:15) y el Leviatán (Job 41:1), las criaturas que describe. En cambio Job solo puede ver su experiencia de vida, está muy limitado a sólo sus circunstancias, ¿como puede cuestionar el actuar del Creador? Para entender la justicia divina tendría Job que entender todo el universo y cómo opera. Si Dios castigara cada pecado y retribuyera a las buenas acciones como Job y sus amigos estaban esperando, el mundo simplemente no existiría, nosotros ya no existiriamos.
En todo el libro Dios no da respuesta a la pregunta de por qué las personas justas, como Job sufren. Nos invita a entender que vivimos en un mundo asombroso y complejo que no está diseñado para prevenir el sufrimiento. Pero en medio de todo esto existe un Dios enorme que ama de una forma profunda. Y sería mucho más liberador y esperanzador si en lugar de buscar las razones confiaramos en su sabiduría y carácter. Está bien tener preguntas, está bien, cuestionar lo que pasa. Pero que al final de cada una de nuestras etapas de confusión, nuestra alma y mente descansen en la verdad que El gobierna y lo hace bien. Que nuestra conclusión sea la misma de Job frente a cada circunstancia difícil
“Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. “¿Quién es este —has preguntado—, que sin conocimiento oscurece mi consejo?” Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas demasiado maravillosas que me son desconocidas.
»Dijiste: “Ahora escúchame, yo voy a hablar; yo te cuestionaré, y tú me responderás”. De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza”. Job 42:2-6