Serie especial de ocho semanas:
Calma en la tormenta
Navegando aguas turbulentas con fe
Semana Très: Perdiendo y Aprendiendo
Escrito por, Yanelis Lopez, Directora de Ministerio
Escribir en estos días se convierte en una ardua tarea. Estar fuera de mi rutina diaria un poco que me ha perdido y me ha desconcertado. Estas han sido unas semanas, por lo menos decir, “interesantes”. Cuando me pongo a pensar en estos días, he descubierto que he estado en medio de un duelo profundo por la pérdida de muchas vidas (que ni siquiera conozco, y duele) y tambien la perdida de muchas cosas que daba por garantizadas. He descubierto que en ocasiones en la vida no solo se hace duelo por la gente a las que amamos y perdemos…
Y que he perdido? bueno, la certeza de sentirme sana y sin peligro inminente... solo algo de dolor raro en mi garganta aparece y ya comienzo a preocuparme. La libertad de decidir ir a un lugar público (especialmente en estos días soleados) y simplemente caminar rodeada de gente. Poder ir a hacer compras al mercado sin antes tener que trazar un plan de cómo procesarlo todo a mi regreso (ahora hay que seguir todo un protocolo para desinfectar). El poder visitar a amigos y familias sin miedos a tocarnos, abrazarnos y hasta tener una conversación cercana. En fin… si continuo con la lista de cosas que daba por garantizadas no terminaria. Y es que la vida de verdad ha cambiado mucho.
Sin embargo, en medio de todo el reto de esta etapa también he aprendido mucho.
Que he ganado? Una mayor conciencia de lo que realmente tiene valor en la vida. El deseo profundo de estar con la gente que amo con más frecuencia. Muchas horas a sola con mis propios pensamientos descubriendo que es lo que realmente creo y que no… Si, porque cuando la posibilidad de la muerte está cerca de ti y los tuyos es cuando realmente todas nuestras creencias y conceptos son puestos a prueba.
Más que nada… la absoluta certeza que aun cuando todo se me ha ido de control, el Dios que controla todo me tiene protegida en el centro de Su mano. Honestamente esa ha sido mi única salida. Abandonar mis pensamientos completamente a Él, no he sabido hacer otra cosa. Todo va a pasar, y estoy segura que al final de todo esto, de verdad, vamos a ser una generación diferente.
Salmo 73:25-26 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti. Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna.
